¿Calma?[Dirk]

Acabé mi caza en Seattle, tres víctimas y ante todo mucha discrepción. Ellos no habían sentido nada.
Decidó volver ya a Forks, estaba suficientemente saciado y por lo tanto podria caminar entre los huamnos de Forks sin ninguna difilcultad, creo.
Pasé con rapidez los bosques de La Push, tenia entendido que el vampiro que entrase en su territorio lo tenia crudo, y en parte el olor era repuganate, no repsiré en esa parte del trayecto.
Cuando llegué al territorio Cullen me relajé un poco, seguí corriedno, mientras sentía como los animales se escondian a mi paso... sonreí sin saber exactamente por qué.
Me detuve en un claro al notar un olor... licántropo. Lo busqué con la mirada, y fruncí el ceño al ver que era una mujer... no me lo esperaba. Me quedé parado a unos metros de ella, observandola con cierta curiosidad, aunqeu seria mejor que diese media vuelta antes de que pretendiese atacarme o algo parecido.

Le miré con las cejas levantadas cuando me detectó, menudo humor, pensé para mis adentros.
La ví levantarse con un movimiento brusco y retrocedí unos pasos mirandole algo alarmado, no me apetecia luchar con ella... - olle tranquilizate - le dije con la voz un poco seca - el bosque es de todos - dije ahora un poco divertido.

Me crucé de brazos y volví a hablar - no es mi culpa que otros te molesten... yo simplemente estaba de paso - me encogí de hombros mientras la observava con alerta - debierias procurar se más amable con los visitantes... no seas tan hostil - dije ahora con voz indiferente.
Aunque en cierto modo el hostil era yo, pero sólo en ocasiones. Y esta no er auna de esas ocasiones, me habia echo sentir cierta curiosidad aquella lican.

Fruncí el ceño, y puse una mueca cuando comentó lo de los humanos, tensé la amdívula y respiré prfundamente varias veces con tal de no enfadarme, aunque queda claro que no me hace falta respirar.
- Lo sé - le contesté secamente, me mordí el labio antes de responderle - no hace falta que me lo recuerdes - le miré sin ninguna emoción en mi cara, con la mirada un poco perdida.
Resoplé levemente, no me gustaba matar a los humanos, pero era mi naturaleza y era algo obvio en mí. Ni si quiere el estupido intento de alimentarme sólo cuando lo necetise le agradaba a nadie.
Luego le volví a mirar - y los humanos que he matado, son de Seattle, a los de esta zona no los toco - sonreí de lado con ceirta íronia.

Le miré, tensando la mandíbula, no me apetecia cabrearme por una estupidez, me mordí el labio antes de responderle.
- Me sienta peor tu olor - le sonreí sin gracia y guiñandole un ojo, Alice no me había advertido que los licántropos de la zona fuesen tan.. tan irritantes.
- No he dicho que mate a la gente que venga al bosque, he dicho que cazo en Seattle - le corregí con una sonrisa indiferente. Pasé por su lado andando, me encogí de hombros y seguí andando.
Me giré para mirarle a los ojos y entrando en su mente - no siempre tienes por qué gana Leah Clearwater - le volví a sonreir, esta vez divertido.

Seguía aún en su cabeza, cuando ví su dolor, fruncí el ceñoi y salí de allí último que quería era más tormento, creo que ya tenía suficiente con lo mío, aunque em dió cierta pena lo suyo, pero por lo menos ella no habia matado al amor de su vida. Hice una mueca.
- Si tu lo dices... - me encogí de hombros, le ví temblar y resoplé mas vale que em callase, no me apetecia hacerle enfadar, pro alguna razón ya no me apetecía cabrearle.
Me senté en el suelo, estrjando un pouñado de hierba con mi mano. Luego me giré para observarle. - No te enfades - sonreí un poco pero sólo un poco - te puede resultar irónico que te lo diga un vampiro chupasangres - utilicé el mote que ella utilizaba.

Ella se quedó de pie ví de reojo como se cruzaba de brazos, se veia que era un poco cabezota, cosa que también era yo en algunas ocasiones.
Sonr,eí sinceramente cuando habló, llegaba a ser divertida, me giré para contestarle - en cuanto sepas el mote, lo sabré yo - sonreí un tanto irónico - supongo que será algo así como garrapata o pulga... esto último tiene su cierta gracia el perro y la pulga - bromeé aunque no sabia si le iba ahacer gracia. Y en parte llegaba decadas sin bromear, sólo empecé a hacerlo en cuanto conocí a los Cullen ellos hicieron subir mis ánimos.
Luego me ladeé hacia delante, y miré hacia el cielo, las nubes se apartaron un poco del sol haciendo que la luz solar me llegase y me hiciese brillar, resoplé mientras me miraba las manos.